Al parecer se trata de un caso de bullying
Publicado el 19/Noviembre/2012 | 00:16 en
Diario Hoy
Mónica J., una joven ecuatoriana de 16 años, estudiante de un
prestigioso colegio en Ciudad Real (España) se suicidió y ha desatado
una investigación en el sistema escolar de la localidad, ya que
aparentemente se trata de un caso de acoso escolar o bullying.
Diario El País de España, en su edición del sábado, reseñó que el
deceso, el martes pasado, se produjo luego de que permaneció cinco días
en la Unidad de Cuidados Intensivos.
La familia de la estudiante -sostuvo el periódico- ha dicho que sufría
vejaciones en el centro Maestro Juan de Ávila y en el bus escolar que la
llevaba desde su pueblo, Torralba de Calatrava.
Versiones en la escuela y en el bus admiten y niegan que aquello haya
ocurrido, mientras la justicia, la Guardia Civil y la Consejería de
Educación investigan.
Juan Jaramillo, padre de la menor, dijo: "en el transporte no le querían
dejar un asiento y, cuando había alguno disponible, venía una chica y
ponía su mochila para que mi hija fuera de pie". Esto es ratificado
-según la nota del periódico español- por varios alumnos: "Casi todos le
decían que no se podía sentar con ellos y algunos incluso ponían la
mochila en el asiento vacío. A veces, Mónica tenía que venirse en el
coche de línea. Algunos se metían con ella porque no era muy sociable y
porque era de otro país. Le decían mona, y no por guapa", coincidieron.
La nota también indicó que los menores contaron que el chofer del bus a
veces intervenía para que Mónica pudiera sentarse y que, pese a ello, en
ocasiones le hacían levantarse cuando el chofer ya estaba conduciendo.
Otros, en cambio, aseguraron no haber notado que alguien se metiera con
ella. Mientras que el chofer dijo que no observó nada y sus compañeros
tampoco. "Siempre iba sola y sentada, pero apenas venía al colegio",
afirmó Julio Javier Gutiérrez.
De acuerdo con la versión del centro de estudios, en octubre no asistió
en 15 oportunidades, por lo que se contactó a sus padres en dos
ocasiones. Los profesores consideraban a Mónica como una chica
solitaria, con dificultades de integración, quizá enfermiza, pero nada
más. Sin embargo, su padre dijo: "En muchas ocasiones mi hija quería
entrar al baño, se ponían una o dos chicas en la puerta y no la dejaban
pasar". Un alumno dijo que en los recreos pasaba sola y que nadie quería
juntarse con ella. Para su familia, Mónica era débil y frágil.
El periódico añadió que la alerta solo saltó, entre los responsables del
instituto, el miércoles 7. El padre de la chica acudió al Maestro Juan
de Ávila a raíz de la segunda llamada del centro y denunció ante el jefe
de estudios la situación de Mónica, a tenor de la consejería.
El orientador, Marcial Marín, se reunió ese mismo día con la joven,
quien dijo que dos compañeros la incomodaban en clase. Marín, entonces,
se reunió con los supuestos hostigadores y sus padres. Su conclusión fue
que "no existía un caso reiterado y continuo de acoso entre iguales".
Como alternativa se planteó a Mónica que se cambiara de clase, mas no de
centro de estudios, ya que esto último se estila cuando se da acoso
reiterado. Dos días después, el viernes 9, Mónica trató de matarse. La
encontraron aún con vida, pero el martes finalmente murió en el hospital
General. Ya fue enterrada y sus órganos donados.